El camino a la derrota actual del movimiento obrero venezolano tiene inicio luego del momento en el cual el gobierno de Chávez recupera el control del estado ante los golpes de Abril y Diciembre de 2002, el perdón de Chávez a los ataques de la burguesía y su contención del ascenso de masas, caracterizaron esta etapa.
Las masas habían pasado de
medidas defensivas a ofensivas y el movimiento obrero había logrado
posicionarse con peso de dirección en medio de la lucha de clases que se
libraba en el país, ante los ataques de la burguesía, consignas como
expropiación bajo control obrero se volvían la respuesta inmediata para
combatir los abusos patronales; sindicatos y federaciones proliferan y la
discusión del papel de los obreros en la dirección del país se vuelve un tema
principal. En esta época nace la poderosa CCURA que le arranca los
sindicatos a la vieja ctv, y agrupa a la mayoría de los nacientes
sindicatos.
Chávez arenga al principio muchas
de esas iniciativas porque le servían para sostenerse en el gobierno, pero
pasados los momentos más álgidos en la lucha de clases, busca acuerdos con la
burguesía y el imperialismo y el movimiento obrero independiente se vuelve un
problema en su plan.
A diferencia del movimiento
campesino, estudiantil o vecinal, el movimiento sindical fue más difícil de
controlar por su nivel de conciencia, organización y las direcciones que para
ese momento existían. Pero a partir de 2006 aproximadamente, se comienza a
sentir medidas que buscan cortar el avance, Chávez busca aglutinar bajo su
tutela el movimiento obrero, intenta cooptar las direcciones sindicales, intentar
agruparlas bajo estructuras del MVR y luego PSUV fue una acción constante, hasta
que finalmente aparece en el 2011 la Central
Socialista Bolivariana de los Trabajadores CSBT, central construida desde
arriba que asume el control de la vanguardia obrera nacional, los trabajadores petroleros.
La CSBT vendrá a hacer la estructura sindical del partido del gobierno, su
dirección será de militantes del partido o funcionarios del gobierno y las
direcciones y bases sindicales afectas al chavismo son presionadas y seducidas para
sumarse a esta central. A pesar de la
medida siguen existiendo centrales y sindicatos independientes del gobierno que
levantan banderas de avanzada política y dan peleas con métodos obreros
clasistas.
La
ofensiva del gobierno continua y durante esta época se sancionan y aprueban
leyes que buscan detener el accionar sindical en defensa de los intereses
patronales como, “Ley para la Defensa de
las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios” “Ley del trabajo del 2012” “Ley
Constitucional de los Consejos Productivos de Trabajadoras y Trabajadores” que busca
poner cinturones de fuerza al movimiento sindical, limita el derecho a huelga y
subordina las acciones sindicales a la decisión de las inspectorías del
trabajo, todo fuera de ahí comienza a ser considerado delito, el gobierno
justifica las nuevas leyes argumentando que pone freno a la pretensión del
patrón de parar la producción en perjuicio de la población, sin embargo con
este articulado solo se ejecutan medidas penales contra obreros.
A
parte de las anteriores medidas que persiguen y criminalizan la lucha, la
crisis económica y la devaluación del bolívar hacen estragos en las condiciones
del trabajador, puestos de trabajos vacíos y direcciones sindicales desiertas
comienzan a ser frecuentes, los trabajadores más avanzados se dedican a la
economía informal o emigran del país dejando, reduciendo la vanguardia y la
base obrera en lucha, las direcciones no pueden ser renovadas ni nuevos
sindicatos formados ya que las inspectoría y el CNE comienzan a paralizar estos
procesos.
El
camino a la derrota del movimiento obrero lo consuma Maduro a partir de la
destrucción del salario con la devaluación del 2018 que destruyó las escalas
salariales y que se suma a la devaluación del bolívar; el salario y muchos
beneficios pierden sentido para el trabajador dejando al movimiento sindical
sin el objetivo de lucha diaria, si el gobierno pudo dar esta estocada es
porque para el momento el movimiento obrero ha retrocedido a un punto donde su
accionar se hace aislado y solo los gremios de educadores y médicos agrupados
en direcciones nacionales logran tímidas movilizaciones para reclamar sus
derechos. El memorándum 2792 ataca las contrataciones colectivas y prohíbe prácticamente
cualquier acción sindical de protesta, dando a las inspectoría todo el poder
para detenerlas.
El
escenario luego de estos golpes es desolador, la situación salarial del
trabajador venezolano es la peor vista en mucho tiempo, el salario carece de
sentido ya que nadie puede vivir con el salario mínimo que decreta el
ejecutivo, Las escalas salariales, las distintas primas y beneficios
conquistados por años de lucha sindical han sido dejadas en el pasado. El
gobierno no realiza ningún esfuerzo verdadero para recuperar la situación de
los trabajadores al contrario su respuesta avanza en el aumento de la
precarización, la centralización de los salarios de los trabajadores en un solo
ente violentado el acuerdo laboral, y la pretensión de asumir los bonos patria
como parte del salario son las últimas medidas significativas que solo
desmejoran la situación. Recientemente el gobierno ha violentado las contracciones
colectivas de los docentes y todos los empleados públicos, reduciendo los
beneficios, de esta manera ataca al sector de trabajadores con sindicatos
nacionales que aún no había podido doblegar a su voluntad.
La
misión del gobierno esta consumada la empresa privada a su discreción impone el
salario laboral y las condiciones del contrato laboral, la jornada laboral de 7
horas conquistada por el movimiento obrero se vuelve letra muerta, las empresas
reducen personal a voluntad sin que las denuncias procedan dentro de las
inspectorías, el registro de sindicatos también es frenado y los existentes son
desconocidos por tener direcciones vencidas que el ministerio del trabajo colocando
trabas imposibilita renovar.
El
nivel de conciencia del obrero venezolano ha cambiado en menos de dos décadas,
protestas, huelgas, marchas son acciones difícilmente propuestas para realizar,
la dadiva patronal es la solución a la crisis, sindicato clasistas son casi
inexistentes y la burocracia obrera ocupa los espacios visibles del movimiento
obrero nacional. Una buena parte de las acciones que son realizadas en forma de
protesta como concentraciones y hasta denuncias a través de medios de
comunicación son aplacadas inmediatamente mediante la detención de su
dirección, entre los casos más emblemáticos , están los de Rubén Gonzales quien
fue apresado por dirigir una marcha de trabajadores de Guayana en Caracas, el
caso de Eudis Girot, quien había organizado minúsculas protesta de petroleros
por sus derechos laborales, fue pasado a tribunales por denunciar casos de
corrupción en la petrolera a través de redes sociales y más recientemente el
caso de jean Mendoza trabajador de una trasnacional chilena quien reclamaba por
incumplimiento de convención colectiva y despido injustificado de sus
compañeros de trabajo, actualmente bajo libertad condicional.
Este
escenario le entrega la posibilidad a las empresas trasnacionales que se
instalan en las ZEE de imponer las peores condiciones laborales que consideren
en el territorio nacional. Con un marco legal exclusivo para las zonas
especiales la referencia de condiciones laborales del resto de los trabajadores
del país es prácticamente nada, condiciones paupérrimas y derechos laborales
inexistentes.
El marco
legal que ha desarrollado el ejecutivo, no solo en materia laboral si no en
aspectos que consideran como traición a la patria acciones que antes eran
posibles por parte de sindicatos, ha sido usado ya en reiterada veces para
golpear su accionar, ante la imposibilidad de desarrollar una protesta obrera
cualquier acción es considerada delito e inmediatamente condenada como acción
de sabotaje traición o colaboración con fuerzas antigubernamentales, los organismos
encargados para defender los derechos de los trabajadores no dan continuidad a
ningún procedimiento dejando al sindicato sin armas legales y en completo
desamparo
De
esta manera el gobierno se estrena en su papel de gendarme de las trasnacionales,
rol que va a jugar para garantizar que los trabajadores no se alcen contra las empresas
extranjeras que se vengan instalando en el país.
El
movimiento obrero venezolano llega acá con una gran derrota a cuesta y un plan
de contención que el gobierno está muy bien sabiendo aplicar, pero las
condiciones materiales para un resurgir están ahí, las condiciones que el
sistema capitalista impone y que bien aplica Maduro son cada día más difíciles
para el movimiento obrero, pero las condiciones subjetivas, el partido que
dirija y oriente este descontento con un programa verdaderamente marxista revolucionario
no existe y no va a existir de forma espontánea, somos los obreros de este
país, los golpeados por el paquete económico que nos aplica el gobierno, los
que estamos llamados a construir una solución, a construir una dirección que
encauce todo este malestar, el sistema capitalista hace estragos en todo el
planeta y su destino de guerra cada vez se ve más cerca, Ucrania es apenas el
principio, el llamado es reorganizar nuestras fuerzas, hemos sido derrotados
pero no desaparecidos, quienes se reivindican revolucionarios, quienes aún
levantan las banderas de la lucha clasista, quienes reciben los golpes del
capitalismo son llamados a sumarse a estas fuerzas, organizarnos desde el
espacio en el que estemos con una política obrera, esa es la tarea.
Adrian Ortiz
CSR - El Topo Obrero
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