miércoles, 18 de mayo de 2022

La lucha sindical hoy en Venezuela

El camino a la derrota actual del movimiento obrero venezolano tiene inicio luego del momento en el cual el gobierno de Chávez recupera el control del estado ante los golpes de Abril y Diciembre de 2002, el perdón de Chávez a los ataques de la burguesía y su contención del ascenso de masas, caracterizaron esta etapa.

Las masas habían pasado de medidas defensivas a ofensivas y el movimiento obrero había logrado posicionarse con peso de dirección en medio de la lucha de clases que se libraba en el país, ante los ataques de la burguesía, consignas como expropiación bajo control obrero se volvían la respuesta inmediata para combatir los abusos patronales; sindicatos y federaciones proliferan y la discusión del papel de los obreros en la dirección del país se vuelve un tema principal. En esta época nace  la poderosa CCURA que le arranca los sindicatos a la vieja ctv,  y agrupa a la mayoría de los nacientes sindicatos.

Chávez arenga al principio muchas de esas iniciativas porque le servían para sostenerse en el gobierno, pero pasados los momentos más álgidos en la lucha de clases, busca acuerdos con la burguesía y el imperialismo y el movimiento obrero independiente se vuelve un problema en su plan.

A diferencia del movimiento campesino, estudiantil o vecinal, el movimiento sindical fue más difícil de controlar por su nivel de conciencia, organización y las direcciones que para ese momento existían. Pero a partir de 2006 aproximadamente, se comienza a sentir medidas que buscan cortar el avance, Chávez busca aglutinar bajo su tutela el movimiento obrero, intenta cooptar las direcciones sindicales, intentar agruparlas bajo estructuras del MVR y luego PSUV fue una acción constante, hasta que finalmente aparece en el 2011 la Central Socialista Bolivariana de los Trabajadores CSBT, central construida desde arriba que asume el control de la vanguardia obrera nacional, los trabajadores petroleros. La CSBT vendrá a hacer la estructura sindical del partido del gobierno, su dirección será de militantes del partido o funcionarios del gobierno y las direcciones y bases sindicales afectas al chavismo son presionadas y seducidas para sumarse a esta  central. A pesar de la medida siguen existiendo centrales y sindicatos independientes del gobierno que levantan banderas de avanzada política y dan peleas con métodos obreros clasistas.

La ofensiva del gobierno continua y durante esta época se sancionan y aprueban leyes que buscan detener el accionar sindical en defensa de los intereses patronales como,  “Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios” “Ley del trabajo del 2012” “Ley Constitucional de los Consejos Productivos de Trabajadoras y Trabajadores” que busca poner cinturones de fuerza al movimiento sindical, limita el derecho a huelga y subordina las acciones sindicales a la decisión de las inspectorías del trabajo, todo fuera de ahí comienza a ser considerado delito, el gobierno justifica las nuevas leyes argumentando que pone freno a la pretensión del patrón de parar la producción en perjuicio de la población, sin embargo con este articulado solo se ejecutan medidas penales contra obreros.

A parte de las anteriores medidas que persiguen y criminalizan la lucha, la crisis económica y la devaluación del bolívar hacen estragos en las condiciones del trabajador, puestos de trabajos vacíos y direcciones sindicales desiertas comienzan a ser frecuentes, los trabajadores más avanzados se dedican a la economía informal o emigran del país dejando, reduciendo la vanguardia y la base obrera en lucha, las direcciones no pueden ser renovadas ni nuevos sindicatos formados ya que las inspectoría y el CNE comienzan a paralizar estos procesos.

El camino a la derrota del movimiento obrero lo consuma Maduro a partir de la destrucción del salario con la devaluación del 2018 que destruyó las escalas salariales y que se suma a la devaluación del bolívar; el salario y muchos beneficios pierden sentido para el trabajador dejando al movimiento sindical sin el objetivo de lucha diaria, si el gobierno pudo dar esta estocada es porque para el momento el movimiento obrero ha retrocedido a un punto donde su accionar se hace aislado y solo los gremios de educadores y médicos agrupados en direcciones nacionales logran tímidas movilizaciones para reclamar sus derechos. El memorándum 2792 ataca las contrataciones colectivas y prohíbe prácticamente cualquier acción sindical de protesta, dando a las inspectoría todo el poder para detenerlas.

El escenario luego de estos golpes es desolador, la situación salarial del trabajador venezolano es la peor vista en mucho tiempo, el salario carece de sentido ya que nadie puede vivir con el salario mínimo que decreta el ejecutivo, Las escalas salariales, las distintas primas y beneficios conquistados por años de lucha sindical han sido dejadas en el pasado. El gobierno no realiza ningún esfuerzo verdadero para recuperar la situación de los trabajadores al contrario su respuesta avanza en el aumento de la precarización, la centralización de los salarios de los trabajadores en un solo ente violentado el acuerdo laboral, y la pretensión de asumir los bonos patria como parte del salario son las últimas medidas significativas que solo desmejoran la situación. Recientemente el gobierno ha violentado las contracciones colectivas de los docentes y todos los empleados públicos, reduciendo los beneficios, de esta manera ataca al sector de trabajadores con sindicatos nacionales que aún no había podido doblegar a su voluntad.

La misión del gobierno esta consumada la empresa privada a su discreción impone el salario laboral y las condiciones del contrato laboral, la jornada laboral de 7 horas conquistada por el movimiento obrero se vuelve letra muerta, las empresas reducen personal a voluntad sin que las denuncias procedan dentro de las inspectorías, el registro de sindicatos también es frenado y los existentes son desconocidos por tener direcciones vencidas que el ministerio del trabajo colocando trabas imposibilita renovar.

El nivel de conciencia del obrero venezolano ha cambiado en menos de dos décadas, protestas, huelgas, marchas son acciones difícilmente propuestas para realizar, la dadiva patronal es la solución a la crisis, sindicato clasistas son casi inexistentes y la burocracia obrera ocupa los espacios visibles del movimiento obrero nacional. Una buena parte de las acciones que son realizadas en forma de protesta como concentraciones y hasta denuncias a través de medios de comunicación son aplacadas inmediatamente mediante la detención de su dirección, entre los casos más emblemáticos , están los de Rubén Gonzales quien fue apresado por dirigir una marcha de trabajadores de Guayana en Caracas, el caso de Eudis Girot, quien había organizado minúsculas protesta de petroleros por sus derechos laborales, fue pasado a tribunales por denunciar casos de corrupción en la petrolera a través de redes sociales y más recientemente el caso de jean Mendoza trabajador de una trasnacional chilena quien reclamaba por incumplimiento de convención colectiva y despido injustificado de sus compañeros de trabajo, actualmente bajo libertad condicional.

 

Este escenario le entrega la posibilidad a las empresas trasnacionales que se instalan en las ZEE de imponer las peores condiciones laborales que consideren en el territorio nacional. Con un marco legal exclusivo para las zonas especiales la referencia de condiciones laborales del resto de los trabajadores del país es prácticamente nada, condiciones paupérrimas y derechos laborales inexistentes.

El marco legal que ha desarrollado el ejecutivo, no solo en materia laboral si no en aspectos que consideran como traición a la patria acciones que antes eran posibles por parte de sindicatos, ha sido usado ya en reiterada veces para golpear su accionar, ante la imposibilidad de desarrollar una protesta obrera cualquier acción es considerada delito e inmediatamente condenada como acción de sabotaje traición o colaboración con fuerzas antigubernamentales, los organismos encargados para defender los derechos de los trabajadores no dan continuidad a ningún procedimiento dejando al sindicato sin armas legales y en completo desamparo

De esta manera el gobierno se estrena en su papel de gendarme de las trasnacionales, rol que va a jugar para garantizar que los trabajadores no se alcen contra las empresas extranjeras que se vengan instalando en el país.

El movimiento obrero venezolano llega acá con una gran derrota a cuesta y un plan de contención que el gobierno está muy bien sabiendo aplicar, pero las condiciones materiales para un resurgir están ahí, las condiciones que el sistema capitalista impone y que bien aplica Maduro son cada día más difíciles para el movimiento obrero, pero las condiciones subjetivas, el partido que dirija y oriente este descontento con un programa verdaderamente marxista revolucionario no existe y no va a existir de forma espontánea, somos los obreros de este país, los golpeados por el paquete económico que nos aplica el gobierno, los que estamos llamados a construir una solución, a construir una dirección que encauce todo este malestar, el sistema capitalista hace estragos en todo el planeta y su destino de guerra cada vez se ve más cerca, Ucrania es apenas el principio, el llamado es reorganizar nuestras fuerzas, hemos sido derrotados pero no desaparecidos, quienes se reivindican revolucionarios, quienes aún levantan las banderas de la lucha clasista, quienes reciben los golpes del capitalismo son llamados a sumarse a estas fuerzas, organizarnos desde el espacio en el que estemos con una política obrera, esa es la tarea.


Adrian Ortiz

CSR - El Topo Obrero


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