El 7 de octubre se produjo un sorpresivo y audaz ataque de las brigadas de combatientes palestinas (Al Qasam-Hamas y Jihad Islámica) penetrando en territorio ocupado por Israel. Respaldados con el lanzamiento de 5 mil cohetes, provocaron una importante cantidad de bajas entre soldados israelíes y civiles. Además de infligir este golpe militar y moral, al humillar al poderoso ejército israelí, la incursión tuvo como objetivo la toma de rehenes (según las primeras informaciones, serían entre 100 y 150) que fueron llevados inmediatamente a la Franja de Gaza, con el objetivo de tratar de evitar la respuesta masiva e indiscriminada de las fuerzas armadas israelíes sobre Gaza y para que en el futuro próximo sirvan para intercambiar con los 5000 rehenes que tiene el regimen sionista en sus cárceles. A pesar de ello, a las pocas horas, aviones de Israel bombardearon intensamente la Franja de Gaza. La cantidad de muertos de uno y otro lado sobrepasa largamente el millar.
Paralelamente, Hezbollah (organización libanesa respaldada por Irán y Siria) efectuó disparos de morteros contra el norte de Israel desde el sur del Líbano, lo que fue respondido por Israel con fuego de artillería y ataques con drones.
El ataque se produjo en la mañana del sábado cuando los israelíes judíos celebraban el shabbat, su día semanal de descanso. De ahí que las primeras reacciones oficiales de la prensa fue destacar que el ataque fue por sorpresa comparándolo con el de Yom Kippur (1973), porque ambos fueron realizados en una festividad judía.
Sin embargo, resulta difícil de creer que los servicios de inteligencia israelíes, que se destacan en el mundo por su eficiencia, hayan sido incapaces de prever el ataque, dado que sobre esa posibilidad ya había escrito el analista Yigal Carmon (presidente del Middle East Media Research Institute-MEMRI), en un artículo del 31/8; y es por eso que al discutir las causas del fracaso de la seguridad se abren una serie de especulaciones. A su vez la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova afirmó que “El hecho de que EE.UU. no advirtiera a Israel sobre los ataques inminentes indica la intención de Washington de sembrar el caos en la región”.
El golpe de las milicias palestinas abrió una crisis política en el gobierno israelí, que Netanyahu trata de cerrar preparando una gran contraofensiva, respaldada por un gobierno de unidad nacional. Si bien es muy factible que la unidad se mantenga mientras dure el “Estado de guerra”, el desenlace de este capítulo de la lucha tendrá importantes consecuencias para el gobierno de Netanyahu, que ya estaba debilitado por las masivas movilizaciones contra la reforma judicial, impulsadas por la oposición política. Este sector ahora acusa a Netanyahu que la división provocada al forzar esa reforma facilitó el ataque palestino.
Es por eso que Netanyahu necesitará vengar con mucha sangre palestina la humillación militar sufrida por Israel, si quiere evitar que caiga su gobierno. Mientras en una primera etapa ataque por aire la ciudad de Gaza, con misiles y bombardeos, prepara para una segunda fase la ocupación militar terrestre de la Franja de Gaza, la cual se encuentra desde el lunes bajo asedio total ordenado por Israel, privándola totalmente de suministro eléctrico, agua y alimentos. El objetivo anunciado de eliminar al Hamás, preanuncia una gran cantidad de bajas de ambas partes, pero principalmente una operación de exterminio del pueblo palestino y su desplazamiento a territorios más reducidos hacia el sur. Al mismo tiempo Netanyahu amenazó con destruir Damasco (capital de Siria) si Hezbollah interviene militarmente en la lucha. Mientras escribimos esta declaración Israel está bombardeando los aeropuertos sirios de Damasco y Alepo. Por su parte, los presidentes de Siria Bashar Al Assad y de Irán Ebrahim Raisi, llamaron a los árabes y musulmanes a unirse para apoyar al pueblo palestino. Para la burguesía alawita de Siria sostenida por la burguesía persa (chiita) la causa palestina es solo un ariete contra Israel, y un vehículo para influir en los países árabes. Por ello mismo, por el enfrentamiento histórico de estos paises con la burguesía sionista, el “estado de guerra” declarado por Israel contra los palestinos podría transformarse en una guerra regional.
A los cínicos llamados de los organismos internacionales, que se limitan a reclamar “una respuesta militar proporcionada” por parte de Israel, Netanyahu ha respondido incorporando a su gabinete al general Eizenkot, el creador de Doctrina Dahiya, que propone un uso de la fuerza desproporcionada sin distinción entre población civil y militar, para reducir la Franja de Gaza a escombros.
EE-UU inmediatamente envió dos portaviones a las costas del Mediterráneo cercanas a Israel, y también viajó el secretario de estado Antony Blinken a entrevistarse con Netanyahu para darle personalmente su apoyo. El Reino Unido sumó también dos buques de guerra a los portaviones yankis.
Paralelamente el canciller alemán Olaf Scholz acusó Irán por los ataques terroristas contra Israel: “Sin su apoyo, Hamas no hubiera podido” dijo. Es que no es ningún secreto que Irán provee de armamentos tanto a Hezbolláh como a las organizaciones armadas palestinas. Pero también es conocido al apoyo militar de EE-UU a Israel y la diferencia abismal de potencial militar de las fuerzas israelíes en relación los grupos armados de la resistencia palestina.
Como marxistas que pretendemos ser, condenamos la violencia del opresor no la del oprimido. Apoyamos plenamente la justa lucha del pueblo palestino por su liberación de la opresión que ejerce sobre ellos el Estado sionista de Israel. Es la burguesía sionista la que ocupó en territorio palestino con el apoyo del imperialismo inglés y de EE-UU, desalojando al pueblo palestino de sus tierras a fuerza de balas y masacres de aldeas enteras como la de Deir Yassin ocurrida el 9 de abril de 1948, y que fuera calificada como el My Lai del sionismo, por comparación con la masacre perpetrada en esa aldea de Vietnam por las tropas yankis. Como esta, son innumerables las matanzas realizadas por el sionismo para expulsar mediante el terror al pueblo palestino de sus tierras y ocuparlas para constituir su Estado sobre la sangre y los sufrimientos palestinos.
Los cínicos gobiernos imperialistas, sus lacayos semicoloniales (entre los cuales está el gobierno argentino, incluida CFK) repudian el ataque de las milicias palestinas hace mucho calificadas por ellos mismos como “terroristas”. Se horrorizan de sus “crímenes”. Los mismos que arrojaron dos bombas nucleares sobre sendas ciudades de Japón asesinando a todo lo que había allí con vida, los mismos que arrojaron bombas de napalm en Vietnam, los que destruyeron dos veces la ciudad de Falujha (1), los que masacraron a los palestinos en Sabra y Shatila (2), los que los expulsan de sus casas y sus tierras y han cometido contra ellos innumerables vejaciones, ahora se quejan de las “atrocidades” de Hamas. Sin embargo, hasta la propia Casa Blanca tuvo que desmentir al presidente norteamericano quien había dicho que vio imágenes de niños israelíes decapitados por Hamás. Las fake news del sionismo pretenden justificar el exterminio del pueblo palestino a quienes ya califican de “animales”, no humanos.
Los imperialistas siempre actuaron justificando sus acciones diciendo que la suya se trataba de una guerra, por eso no quieren reconocer que Hamás y otras organizaciones palestinas son organizaciones combatientes, el brazo armado del pueblo palestino despojado, asesinado y cercado en un gueto llamado Franja de Gaza, y las llaman “terroristas”
Se horrorizan por la toma de rehenes, pero en las cárceles israelíes hay alrededor de 5000 presos que son rehenes del sionismo, entre ellos muchos niños (3).
La “solución” de los dos Estados y el objetivo del sionismo
Evidentemente Israel nunca aceptó la “solución” propuesta por un ala del imperialismo, de establecer dos Estados “independientes”, y que fuera aceptada por Mahmud Abbás presidente de la Autoridad Nacional Palestina en Cisjordania.
Israel quiere consolidar lo conquistado por la fuerza y avanzar más y más hasta expulsar totalmente al pueblo palestino de sus tierras o reducirlo a su mínima expresión. Esa fue la política de los sucesivos gobiernos. Por eso apoyan la instalación de asentamientos de colonos judíos respaldados por las fuerzas militares israelíes que desalojan con topadoras a familias palestinas de sus casas y ocupan sus tierras en Cisjordania.
a propuesta imperialista cocinada en la ONU tampoco es ninguna “solución” para el pueblo palestino, ya que de realizarse en las condiciones actuales se vería reducido a la existencia en algunos batustanes rodeados por el Estado sionista que los oprime, y con cientos de miles de palestinos permaneciendo en el exilio permanente.
Y los palestinos saben muy bien que un estado compuesto de dos batustanes conectados por un corredor que pasa por territorio israelí, dependiendo de Israel para la provisión de agua y electricidad, sería bastante menos que una colonia
En una declaración de 2017, Hamás moderó su “oposición a la existencia” del Estado de Israel, y planteó que aceptaría la solución de los dos estados, pero con las fronteras como estaban antes de la guerra del 67. Hamás sabe, que lo que plantea es inaceptable para Israel, porque no va a ceder en la negociación lo que ganó por la guerra, pero colocó la vara más alta para después negociar.
Sin embargo, no solo no hubo ninguna negociación, sino que durante el gobierno de Trump y con su apoyo, Israel fortaleció su orientación a la ofensiva contra los palestinos y estableció relaciones con varios países árabes o musulmanes.
De concretarse las negociaciones de Israel para llegar a un acuerdo con el gobierno de Arabia Saudita, el cual se sumaría a los acuerdos de Israel con gobiernos árabes o de países de religión musulmana, como Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán y Marruecos, hubiera dejado muy aislado al pueblo palestino. Así que creemos que son estas las condiciones que han impulsado la acción de Hamás en el territorio ocupado por Israel.
En este marco y porque no pueden retroceder más de lo que lo han hecho en estos años, perdiendo cada vez más territorio en Cisjordania, el control de la zona este de Jerusalén y el poder simbólico religioso que implicaría no poder rezar en sus mezquitas, es que se produce la acción de Hamás.
Así lo expresó el principal dirigente de Hamás y comandante en jefe de las Brigadas Al-Qassam, Muhammad Al-Deif, en una declaración en la que plantea que el ataque fue motivado por la continua y creciente política del gobierno israelí de apoyar los asentamientos de colonos judíos en Cisjordania mediante los cuales expulsan de sus hogares y desplazan de su tierra a los palestinos. Así como también las provocaciones de estos mismos sectores contra los principales símbolos religiosos musulmanes como la Mezquita Al Aqsa, y la anunciada intención de trasladar la capital de Israel a Jerusalén lo que podría un punto final a la política de “dos estados”, abandonada durante el gobierno de Trump.
Nuestro programa para Palestina
Apoyamos la lucha del pueblo palestina por su liberación nacional del Estado sionista de Israel, es decir, de la burguesía sionista que lo oprime, lo despoja, lo ataca con bombas, lo mata.
Por eso esta consigna de la liberación está indisolublemente relacionada con la “destrucción del Estado Sionista de Israel”.
La burguesía sionista imperialista quiere mantener su estado y expandirlo quebrando la resistencia del pueblo palestino. La burguesía palestina, mucho más débil desearía tener su propio Estado en el cual explotar a los obreros palestinos y “echar a los judíos al mar”.
Pero dado que no se puede echar 8 millones de israelíes del territorio que ocupan, es evidente que no puede haber una solución nacionalista, o racial-religiosa, como impulsa Hamás, sólo puede haber una solución clasista y revolucionaria.
La clase trabajadora, por ser la única clase que no es propietaria de medios de producción, es la única clase que instaurando un Estado Obrero puede lograr que palestinos y judíos convivan pacíficamente como ocurría a principios del siglo pasado, antes de la irrupción sionista en Palestina. Solo los trabajadores pueden proceder a la nacionalización de la tierra para repartir democráticamente su usufructo entre todos los habitantes, independientemente de su condición religiosa; puede resolver la falta de viviendas con la edificación de nuevos barrios, en los que todos puedan vivir en paz. La única democracia posible en Palestina es la democracia obrera. Es decir, una “Palestina, laica, democrática (4) y no racista”, que es la consigna que plantean algunas organizaciones que se reivindican trotskistas, no puede existir como etapa intermedia e independiente entre el Estado de Israel y un Estado Obrero y Socialista en todo el territorio de la Palestina anterior al año 1947.
Solo la unidad de los trabajadores palestinos, árabes israelíes, y los trabajadores judíos explotados por su propia burguesía que quieran convivir en paz, pueden resolver la “cuestión palestina” y la “cuestión judía” al mismo tiempo, pero eso será posible sólo por medio de la revolución socialista, que además de liquidar al Estado sionista-racista-colonialista de Israel, instaure un gobierno obrero y campesino, en una Palestina Obrera y Socialista.
Como ya hemos dicho, hace tiempo que la burguesía árabe sunita (hace tiempo Egipto y Jordania; ahora los demás países que firmaron o estaban por firmar acuerdos de reconocimiento del Estado de Israel) abandonó la causa palestina, pero que esta causa goza de amplia simpatía y despierta solidaridad en muchos pueblos del mundo, particularmente en los pueblos árabes de esos mismos países. Para que puedan triunfar el pueblo trabajador palestino y los trabajadores judíos que quieran convivir en paz, es indispensable que tengan el apoyo no solo espiritual, sino material y militar de los trabajadores del Medio Oriente. Es decir, la liberación del pueblo palestino y la instauración de una Palestina Obrera y Socialista, no podrá ser un hecho aislado, sino que deberá ser parte de un ascenso revolucionario regional, o no será. Una Palestina Obrera y Socialista solo puede triunfar y sostenerse como parte de una Federación Socialista en Medio Oriente.
Para que esta revolución sea posible los trabajadores árabes y palestinos deben romper con sus direcciones burguesas y pequeñoburguesas y construir un partido de trabajadores revolucionario e internacionalista para encabezar y dirigir la lucha revolucionaria.
· Por el triunfo de la lucha por la liberación nacional del pueblo palestino.
· Por la destrucción del Estado Sionista de Israel.
· Por una Palestina Obrera y Socialista, en una Federación Socialista en Medio Oriente.
· Por un Partido de trabajadores revolucionario e internacionalista, sección del partido mundial de la revolución socialista.
¡¡Proletarios de Medio Oriente y el mundo uníos!!
Comité de enlace Internacional por una IOR
12/10/23
1) Falujha, ciudad de Irak ubicada a 69 kms de Bagdag, fue arrasada dos veces por las FFAA de EE-UU durante la invasión a ese país.
2) SegúnB’Tselem (Centro de Información Israelí para los Derechos Humanos en los Territorios ocupados) desde el año 2000 han sido asesinados en acciones militares o policiales 10.500 palestinos. Y en las cárceles israelíes hay alrededor de 5000 presos, entre ellos niños. (extraído de LID)
3) Sabra y Shatila son dos barrios en el oeste de Beirut (Líbano) en donde su ubicaban campos de refugiados palestinos, en donde entre el 15 y el 18 de septiembre de 1982 fueron masacrados en un número indeterminado (entre 1500 y 3000) por la Falange Libanesa con el apoyo de las tropas israelíes. Esta matanza fue calificada de “genocidio” por la ONU.
4) La palabra “democrática”, no se refiere a un tipo de regimen político, sino que está indicando que se trata de un Estado burgués.
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