sábado, 2 de agosto de 2025

Elecciones municipales

Este 27 de julio se celebraron nuevamente elecciones en el país. Para esta ocasión, se eligieron representantes a las alcaldías y a los consejos municipales de toda Venezuela. Estas elecciones siguen marcadas por la sombra de las elecciones presidenciales del año 2024.

El CNE, que nunca publicó los resultados detallados en aquella ocasión, tampoco lo hace en esta contienda. Sin el enfrentamiento electoral de aquel entonces y sin la participación de los partidos más importantes de la oposición, los resultados, al menos en cuanto a participación, resultan difíciles de creer al contrastarlos con el nivel de movilización vista en la calle.


El CNE manifiesta una participación de alrededor del 44% de la población, mientras se veían los centros de votación solitarios, aunque el gobierno sumó a estas elecciones la consulta de los proyectos de la juventud en las comunas para aumentar la afluencia de personas en los centros electorales, objetivo que, aparentemente, no se logró.


La baja participación, la cuestionada credibilidad del CNE y los rumores de acuerdos con opositores para las candidaturas marcan las elecciones en estos últimos tiempos. Un PSUV con una evidente erosión de su base social ve hoy en día las elecciones como un problema que, mediante el control del aparato del estado a todos los niveles, trata de sortear para presentar al mundo una apariencia democrática.


Como hemos reiterado en artículos anteriores, el PSUV ha desarrollado su estrategia para superar las elecciones que, con su erosionada base social, se les han estado convirtiendo en un problema. Entre estas estrategias se encuentran: trabas al registro de partidos políticos, demandas para la impugnación de tarjetas, condenas administrativas para la anulación de candidaturas, fechas electorales a discreción y conveniencia, uso del aparato burocrático para el empuje de las candidaturas, control de todos los medios de comunicación tradicionales, control político del CNE y, más recientemente, la proclamación de vencedores sin la publicación de los resultados electorales detallados y de forma transparente.


Independientemente de los resultados, el gran perdedor aquí es la clase trabajadora venezolana: ningún candidato representaba sus intereses. Todos los candidatos coinciden en mantener el gobierno actual, ocuparse de defender los beneficios de la burguesía nacional e internacional en el país, así como hacer pagar al proletariado el costo de la crisis actual.


De parte de ningún candidato había una propuesta de recuperación del salario, ni discusión de contratos colectivos, ni mejoras a los pensionados, ni reclamos por transparencia y garantías en el sistema electoral, ni reclamos por los trabajadores detenidos arbitrariamente ni por la conformación de sindicatos, ni por la reivindicación del derecho a protestar ni por elecciones en las universidades. Un ejército de complacientes a los intereses de la burguésia fue lo que se eligió.


En ese espacio electoral, por ahora, no tenemos nada que buscar. Organizar a la clase trabajadora para las venideras luchas contra la opresión y la represión y luchar por un gobierno de los trabajadores es la tarea que nos ocupa.


Adrian Ortiz militante El topo Obrero



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