viernes, 20 de junio de 2025

Por la derrota del Estado sionista genocida de Israel

 En la madrugada del 13 de junio, Israel lanzó un ataque contra instalaciones nucleares, altos mandos militares, científicos y otras infraestructuras en Irán.

Como respuesta inmediata, en represalia, Irán atacó Israel utilizando múltiples drones y misiles balísticos. A partir de ahí durante los días siguientes hubo un intenso intercambio de misiles entre ambos países. 

El argumento de Netanyahu para desencadenar esta ofensiva es que Irán estaría en capacidad de tener bombas nucleares a corto plazo. 

Con el cinismo arrogante propio del imperialismo yanki -que con Trump se ha despojado de toda cubierta edulcorada-, amenaza a Irán y asegura que nunca van a permitir que tenga armas nucleares. EEUU puede tener más de 5000 ojivas nucleares, Israel tiene estimativamente más de 80 no declaradas, sin que sobre su arsenal e instalaciones nucleares haya ningún tipo de inspección, pero Irán no puede. ¿Por qué? Por la simple y sencilla razón de que Israel, como agente del imperialismo yanki, quiere mantener una supremacía militar en la región.

También el imperialismo europeo se posiciona claramente a favor de Israel: 

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tras una conversación con el premier israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que “Irán es la principal fuente de inestabilidad regional” y “en este contexto, subrayé que Israel tiene derecho a defenderse. Irán es la principal fuente de inestabilidad regional”. Según parece, a la representante del imperialismo europeo, el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino no la desestabiliza.

Cuando Israel ataca militarmente y asesina a los máximos comandantes del ejército y la Guardia iraní, incursionando en el espacio aéreo de otra nación, no es agresor e invasor como califican a Rusia, sino que los ataques sionistas son de manera “preventiva”, y a coro la prensa imperialista y reaccionaria mundial le reconoce el “derecho a la defensa”.

La “estabilidad regional” que busca el imperialismo se quiere conseguir con la masacre de decenas de miles de palestinos, con un estado de guerra permanente y el bombardeo de todos los países circundantes (Gaza, Líbano, Siria, Yemen, Irán). Es la consecuencia del establecimiento del Estado de Israel en territorio palestino usurpado, expulsando a sangre y fuego al pueblo palestino y tomando los colonos sionistas sus tierras. La principal fuente de inestabilidad regional es la política colonial y semicolonial de sometimiento y opresión a los pueblos de Medio Oriente, impuesta por el imperialismo yanki y su agente sionista, con apoyo europeo. 

Irán posee la segunda mayor reserva probada de gas natural del mundo y la tercera mayor reserva de petróleo crudo, según la Administración de Información Energética (EIA) del gobierno de Estados Unidos. Luego de las sanciones impuestas por EEUU, las exportaciones petroleras iraníes fluyeron principalmente hacia China.

Israel no solo atacó objetivos militares y nucleares, sino también las instalaciones energéticas de petróleo y gas. El objetivo del ataque a estas instalaciones es erosionar políticamente al régimen iraní al profundizar sus dificultades económicas. Pero también sumar dificultades de abastecimiento a China. 

Tras las primeras declaraciones diplomáticas en las que el gobierno de EEUU aseguraba que ellos no habían tenido nada que ver en este ataque de Israel a Irán; ahora Trump revela en sus declaraciones lo evidente y asume como propio el ataque y el objetivo de la total rendición de Irán: “Estamos buscando una victoria total, completa”, dijo. Hasta ha amenazado con asesinar al mismísimo líder supremo, Alí Khamenei.

La capacidad nuclear de Irán se encuentra protegida bajo tierra principalmente en Fordow y parcialmente en Natanz. Son centros de producción de uranio enriquecido que Israel no puede destruir con su propio armamento. Por lo que Trump amenaza con enviar los B-52 Spirit con bombas GBU-57 antibunker que pesan 13.600 kilos y pueden penetrar hasta 60 metros de tierra para destruir esas instalaciones. Mientras se espera esa crucial definición, sigue el fuego cruzado. Con misiles hipersónicos Irán también ha causado bastante daño, haciendo crecer la preocupación entre la población israelí.

La ofensiva israelí, apoyada por Estados Unidos, es consentida por Irak, Siria y Jordania, que no han cuestionado que los aviones de Israel atraviesen sus espacios aéreos para llegar a Irán.

Los gobiernos de Egipto, Qatar, Arabia Saudita, Emiratos Árabes no van a mover un dedo más allá de la condena diplomática a los ataques de Israel. Y la burguesía iraní por su carácter de clase es incapaz de llamar a un levantamiento generalizado de los trabajadores y los pueblos árabes contra el Estado de Israel. 

La cuestión es que las burguesías árabes de la región se han adaptado al poder de EEUU e Israel, hace ya tiempo, empezando por los acuerdos de Camp David que firmaron Egipto e Israel en 1978. Después de Jordania -que firmó un acuerdo de paz en 1994-, otras burguesías árabes han abandonado la posición de desconocer al Estado de Israel para pasar a firmar los acuerdos de Abraham impulsados por Trump: Emiratos árabes Unidos, Bahréin, y estuvo a punto de firmarlos también Arabia Saudita. La colaboración con el imperialismo yanki se puede medir en el hecho de que entre Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos mantiene ocho bases militares permanentes y varias temporales, donde se estima que hay estacionados 50.000 soldados.

Irán obtuvo el respaldo de China, pero por el momento solo en el plano político. Aunque el gobierno de Pakistán -aliado de China- ha asegurado que apoya a Teherán "por todos los medios”. Mientras que Vladimir Putin, después de hablar con Donald Trump, se ofreció como mediador.

En consecuencia, con una desfavorable relación de fuerzas, aunque el ayatollah Khamenei mantiene una retórica guerrerista, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, dijo que Teherán está dispuesto a detenerse si Israel detiene sus ataques.

De todas maneras, la escalada militar y la intervención directa de EE-UU en la guerra entre Israel e Irán, puede provocar un giro brusco en la situación, que transita al borde de la tercera guerra mundial. 

En la guerra entre la nación iraní y el estado sionista de Israel, genocida del pueblo palestino y agente del imperialismo, estamos sin duda por el triunfo militar iraní.

Sin embargo, advertimos que la burguesía iraní no es antimperialista, ni tampoco está interesada en el destino del pueblo palestino, al que todas las burguesías árabes usan como moneda de cambio regional. El apoyo de Irán a las milicias de Hezbollah siempre tuvo como objetivo extender su influencia política al Líbano y a Siria. El apoyo al Hamás palestino, de la rama sunita del islam, es la manera de tender una línea hacia los pueblos árabes de la región, en la que esa rama religiosa en mayoritaria. Es por eso que la única solución para el drama de Medio Oriente, y la única que puede dar respuesta a las necesidades existenciales del pueblo palestino, es la acción del proletariado como clase independiente de las burguesías árabes y persa. La clase trabajadora es la única clase que no tiene vínculos de dependencia con el imperialismo, la única clase capaz de liberar a los pueblos oprimidos en la misma lucha por liberarse a sí misma de la explotación capitalista: la lucha por la revolución socialista internacional.

Comité de Enlace Partido de la Causa Obrera (Argentina) – CSR-El Topo Obrero (Venezuela)

18/6/25

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