Las masacres a nuestros hermanos colombianos, son indescriptibles; la burguesía y el imperio han dado rienda suelta a Duque para que arrase con dirigentes obreros, populares y comunidades en general, es la demostración de hasta donde pueden estar dispuestos a llegar con tal de cerrarle el paso a la justa protesta o a cualquier intento de desatar la fuerza del pueblo y los trabajadores que puedan poner en discusión el problema del poder.
La crisis mundial, golpea fuertemente a toda América Latina y el mundo. Los gobiernos de Venezuela, Colombia, Perú, Brasil, Argentina y otros aliados a las causas del capitalismo, tratan de imponerle paquetes brutales al pueblo trabajador, a los explotados y oprimidos; esto empuja el surgimiento de movimientos que resisten la arremetida de los planes económicos antiobreros, que eleva los despidos y rebaja todas las condiciones de vida y trabajo, reflejando con intensidad el colapso de los sistemas de salud; todo esto empuja a los pueblos a salir en busca de exigencias que como mínimo garanticen la alimentación y la vida misma.
En el hermano país colombiano, el pueblo salió a exponerse, a la calle, la crueldad de las medidas tributarias que dicta el Presidente Iván Duque, han rebasado cualquier miedo al contagio por COVID. Lastimosamente, a pesar de la gran resistencia en la calle a las brutales acciones del gobierno, pareciera que no existe aún una dirección clasista, revolucionaria, marxista que le de estrategia de clase a estas acciones; hasta ahora, quienes se colocan como representantes de las protestas, buscan negociar para salir de la crisis social, económica y política buscando el acuerdo para la "gobernabilidad" dentro del mismo sistema capitalista. Las exigencias del sector opositor a Duque -y también de sectores burgueses que ven que las acciones en las calles, se los pueden llevar por delante-están dentro de las reformas para que el estado se mantenga vivo, a decir, revisión de los derechos humanos, de las maquinarias de represión, revisión de la pauperización de la salud, educación y empleos entre otros.
Colombia, es el tercer exportador de banano del mundo, ha sido súper explotado por los monopolios, ha sido convertido en el centro de ataques a los pueblos de los países vecinos, a saber, existen un sin número de bases militares bajo el "Plan Colombia", con militares que pueden cometer cualquier fechoría, sin someterse a ningún tipo de ley o tribunales burgueses, y en donde los aeropuertos son el correaje de aviones de guerra, allí se alimentan para cumplir sus misiones genocidas.
Aparece Colombia, con una desigualdad social grande, el 42,5% de los colombianos, 21 millones, vive en pobreza general y 4,7 millones de ellos, 15,1%, en pobreza extrema; 14,2% están desempleados, 47% subempleados, y 54% de los hogares padecen inseguridad alimentaria. La tasa de analfabetismo para 2017 es de 5,4, gran parte de la educación superior exige costosas y a veces inaccesibles matrículas. El número de emigrantes crece desmesuradamente, para 2020 la ONU "...registra 2.859.032 emigrantes, un 5,7% de la población.
Desde
mediados de Marzo, la fuerza arrolladora del pueblo se desató principalmente en
el Valle del Cauca, donde está la producción de alimentos, bienes para la vida
diaria, medicinas, y sobre todo existe el paso de una gran cantidad de
importaciones, lo que ha llevado al gobierno a no imponer medidas de cierres
contra la pandemia del COVID, generando la curva hacia arriba de contagios y
sus consecuencias.
Desde
el 1 de Junio, bajo la excusa de querer generar empleo, Bogotá y Medellín,
levantan las restricciones a sectores obligados inicialmente a cerrar, e
intentan permitir el inicio de actividades nocturnas y eventos deportivos con
presencia pública. En Medellín
anuncia el gobierno, permiso de apertura a 3000 establecimientos comerciales,
bajo la excusa de la recuperación de 15000 empleos, la recuperación
social y económica, flexibilización del toque de queda, todo en
medio de un colapso en los servicios de salud, con más de tres millones de contagios y más de 90.000
fallecidos en el país. El gobierno desestima los llamados de la comunidad científica, académica y médica
que solicita "retardar" la reapertura en todo el país. Al lado
de esto, el Comité Nacional de Paro (CNP) que se abroga la
representación de los manifestantes, decidió "suspender unilateralmente la
interlocución en la mesa de diálogo", que fue instalada hace casi un
mes, pues no ha alcanzado acuerdo alguno para enfriar la crisis que vive
Colombia porque el Gobierno "no está interesado y ha dilatado, a
propósito, la negociación del pliego de emergencia".
La burguesía llora
por sus pérdidas económicas, sin importar las pérdidas humanas que se ha
cobrado la crisis política, económica, y social, donde el
narcotráfico que produce para el consumo en EE.UU juega un importante papel. El paro nacional, ha golpeado los intereses de la burguesía,
"...dicen (según ANDI) que existe
una pérdida de 14billones de pesos, (500millones de dólares), y la pandemia ha
dejado perdidas equivalentes a 64billones de pesos (17.300 millones de Dólares)
a la burguesía. La peor parte la cargan los trabajadores y el pueblo con
la pauperización de sus condiciones de vida, y la represión y los asesinatos a
diario de combatientes y dirigentes de todo tipo.
En este accionar del pueblo en la calle, existe un enorme sentimiento de rechazo hacia la
reforma tributaria propuesta para cargarle otro peso aun mayor a los
trabajadores y el pueblo, es inmenso el rechazo hacia sectores empresariales, sobre todo los que en
los 90, fueron pilares del paramilitarismo que masacra a los combatientes
guerrilleros, pacificados o no, y que hoy monopolios como “ÉXITO” son
acusados de prestar sus locales para las torturas y asesinatos de numerosas
personas que de manera brutal son sacadas de las manifestaciones o sus propios
hogares. Prevalecen las demandas contra la desigualdad, la pauperización
en educación y empleo y la precariedad e informalidad laboral, que es
alimentada por los empresarios, pues es más útil para los capitalistas hacer
contratos de manera informal, para no verse obligados a pagar impuestos de
acuerdo a la ley 100, que obliga a los empleadores a contribuciones para
los sistemas de salud y pensiones.
En las protestas también se
hacen peticiones al Gobierno para
que acelere la implementación del acuerdo de paz firmado entre
el Ejecutivo y las FARC en 2016, tras lo cual se convirtieron en el partido
político Comunes. Hay que destacar, que el gobierno ha irrespetado tal
acuerdo firmado, ejecutando a un alto número de ex combatientes y diversos
dirigentes comunales de otros sectores. La Policía y el Escuadrón
Móvil Antidisturbios (Esmad) es el principal brazo del gobierno para
cometer las más brutales represiones a esta explosión social.
Las bandas criminales privadas, los
paramilitares, ocupan lugar importante dentro de las estructuras que el estado
utiliza para contener la protesta e insurgencia, eliminando líderes sociales,
creando los falsos positivos, exterminando cualquier persona que aparezca como
enemigo del gobierno, desapariciones, torturas, migraciones forzosas, etc. garantizan además la prosperidad del
refinamiento y tráfico de drogas haciendo del hermano país, el primer productor
del mundo de drogas, con un aparataje compuesto hasta de alcaldes,
congresista, presidentes, y cualquier número de funcionarios dentro de la
estructura del estado, que le permitan el funcionamiento eficaz en este gran
negocio de los estupefacientes.
Los
organismos patronales internacionales tratan de justificar los excesos represivos
del gobierno, es así como aparece la última misión de la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que hoy se encuentra en el país,
y dice que va a verificar las denuncias de violaciones de derechos
humanos y reunirse con el Gobierno que dice ser respetuoso de las
protestas pacíficas, brindar todas las garantías para su desarrollo y que son
grupos minoritarios los que han vandalizado el país, para crear desconcierto,
caos, destrucción, que necesariamente debe contenerse a plomo limpio para
bien de los inversionistas.
El
gobierno de Duque, en su desespero anuncia una "profunda
transformación" de la policía para adecuarse al marco internacional de
derechos humanos, y así hacer olvidar casos de violencia
policial, detenciones arbitrarias, disparos de armas de fuego, víctimas
con lesiones oculares, víctimas de violencia sexual, desapariciones forzosas,
torturas, asesinatos y migraciones forzosas, entre otros.
Dentro de este cuadro, los revolucionarios
debemos levantar la bandera de solidaridad militante con la lucha del pueblo
colombiano, la demanda de cese a la represión y asesinatos,
llamando a que se unifiquen las direcciones existentes, y se
den un programa en esta lucha que comience por exigir, no a la aplicación del
plan económico antiobrero y antipopular, el desmontaje de los organismos
de represión, la organización de organismos de defensa ante las arremetidas
asesinas de los escuadrones de la muerte, la renuncia del gobierno en pleno
sustituido por un gobierno de los trabajadores que imponga un
plan económico discutido desde las bases, el desmontaje de todas las
estructuras del imperialismo que hacen de Colombia una constante amenaza
militar contra los pueblos hermanos.. Solo el pueblo salva el pueblo.
No podemos confiar en los que se
hacen representantes de los manifestantes, pues buscan acuerdos para que nada
en el fondo cambie, de ninguna manera expresan el interés de clase, de
organizar la unidad y la solidaridad militante mundial, sobre la base de un
partido único, con dirección clasista, que guie el proceso hacia la
construcción de las bases para ir hacia el socialismo, como única salida
ante la crisis capitalista que nos azota.
Corriente Socialista Revolucionaria – El Topo Obrero
Junio 2021
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