miércoles, 19 de enero de 2022

Análisis de las elecciones en Barinas 9E

 

La jugada del chavismo en Barinas se selló con una derrota, recordemos que el camino que los llevó hasta ahí lo construyeron con el uso de la fuerza para invalidar la elección del 21N en ese estado; utilizaron al CNE y al TSJ para obligar una repetición de la contienda, inhabilitaron a la principal figura de la oposición en el estado y a su sustito y colocaron a un opositor “aliado” como Claudio Fermín para intentar dividir los votos del candidato que la oposición lograse inscribir en la entidad.

La oposición disminuida, golpeada por la derrota del 21N, no le quedó de otra que jugar en el escenario que el chavismo propuso, si debieron asistir a la repetición de las elecciones el 9E, fue por no tener la fuerza para obligar al reconocimiento de la supuesta “victoria” de Superlano sobre Asdrúbal Chávez por mínima diferencia aunque declararon por todas partes que tenían las pruebas del triunfo, intentaron movilizar sus votantes en la calle pero las fuerzas represivas del estado lograron contenerlos. 

La contienda se convirtió en un enfrentamiento más allá de la gobernación Barinesa, El PSUV se la jugó con una figura de proyección nacional e históricamente vinculada a la familia Chávez, mientras Acción Democrática puso un candidato con más reconocimiento regional, figuras que meses atrás jugaban a la abstención y denunciaban el proceso electoral, como Juan Guaido, se sumaron a la campaña a favor de Sergio Garrido con la esperanza de darle un golpe noble al PSUV. Finalmente los cálculos del PSUV se quedaron cortos y la victoria de Garrido fue clara.

Analicemos los resultados, según el primer boletín del CNE Sergio Garrido obtuvo 172.497 votos (55,36%) mientras Jorge Arreaza 128.583 (41,27%) con una participación del 51,89% (Consejo Nacional Electoral, 2022), para ambas propuesta los resultados representaron un aumento de los votos respecto a los resultados obtenidos el 21N, Garrido aumentó los votos de Superlano en 80.073 para un incremento del 86% mientras Arreaza aumentó los votos de Argenis en 35.486 lo que representó un aumento del 38%.

Si tenemos en cuenta las elecciones del 2017, cuando el PSUV obtuvo en Barinas 184.961 votos cuando Argenis se impuso a Superlano que obtuvo 153.719 votos, evidenciamos una erosión de la base electoral del  PSUV que en la contienda del 9E con el esfuerzo e importancia casi nacional que recibió la elección no pudo alcanzar su máximo histórico, por otra parte la votación de Garrido es la máxima alcanzada por la oposición en Barinas en una contienda por la gobernación, Garrido sumó 18.778 más que el máximo histórico en el 2017, de manera que hubo un aumento de nuevos votantes, tomando en cuenta que el 9E aumentó la participación en 6%,  la oposición logró mover votos de los normalmente abstencionistas, de acá podemos concluir que la decisión de repetir las elecciones mediante una decisión del TSJ no borró la realidad, al contrario la exacerbo motivando nuevos votantes a castigar al PSUV y la gestión de Argenis. Concluimos que el caso Barinas es un ejemplo de lo que puede ocurrir en el país si el sector abstencionista es provocado a la participación, el chavismo fue derrotado con un voto castigo, voto que no pertenece a la oposición, pero que lo capitaliza por no existir una propuesta diferente.

La elección de Barinas no es una situación que se pueda generalizar en el país, porque hay una realidad desprendida del 21N y es que el PSUV ganó 19 gobernaciones y la alcaldía de caracas, mientras la oposición ahora suma 4 gobernaciones. Se ha hecho querer ver que la mayor cantidad de votos respecto a los del PSUV reflejan una supremacía de los partidos de la burguesía azul sobre el partido de la burguesía roja pero esto también es una ligera interpretación, ya que quien inclina esa balanza es el Zulia con su mayor volumen de votantes y el castigo que recibió la gestión de Omar Prieto en la entidad desbalancea la proyección nacional. El PSUV continua siendo la principal fuerza política de la burguesía en Venezuela, sin embargo ante un evento electoral de solo dos opciones las votaciones se hacen peligrosas para ellos, mientras la oposición tiene 15 años forjando una unidad que nunca ha podido cuajar, la crisis de la oposición es la crisis de la burguesía que representan y que va desde su relación con el imperialismo hasta tomar las ofrendas que le lanza el gobierno para paliar sus pérdidas.

Ahora bien aunque la victoria de la oposición no tiene extensión nacional, es la realidad hoy y es una victoria moralizante para las golpeadas bases opositoras, la idea de un revocatorio la colocan sobre la mesa y buscan engañar al proletariado con la propuesta de que un gobierno opositor es posible y será mejor que el desarrollado por el chavismo. AD sigue ganando espacio como el principal partido de oposición en lo que a base electoral se refiere sin embargo queda en segundo plano ante otros partidos con mejor relación con el imperialismo estadounidense y europeo.

El revocatorio

Algunos sectores opositores y del chavismo crítico con Nicmer Evans a la cabeza, han lanzado la posibilidad de realizar un revocatorio para apartar al PSUV de la presidencia de la república. Ese escenario está por verse, en primer lugar la salida del chavismo se corresponde con una correlación de fuerzas que en el escenario internacional y nacional por ahora tiene de su lado, por otra parte el gobierno hace rato que ha demostrado que no necesita de su base social para gobernar, con el ejército, las instituciones y burocracia del estado se basta para hacerse del aparato económico nacional y el control político; el PSUV ha aprendido a ganar las elecciones mediante otras artes fuera de la contienda electoral, sus malos cálculos en Barinas los buscará compensar en base a otras tretas escondidas bajo la imagen del voto popular.

Los sectores que empujan el revocatorio le venden al país la posibilidad de la salida de Maduro, unos para ser sustituido por el Gobierno de Guaido, que al igual que el chavismo busca convertirse en el mejor representante de los intereses de las potencias imperiales estadounidenses y europeas en Venezuela, mientras que el otro sector del llamado chavismo critico solo puede aspirar protagonismo porque no representa a ningún sector importante de la burguesía, sirviendo de tontos útiles a la oposición al no tener una propuesta política diferente, ni mucho menos pensar que puedan proponer un gobierno de los trabajadores.

La clase obrera venezolana no tienen nada que buscar ni aspirar con ningunos de estos sectores que aspiran el poder, el chavismo esta centrado en su plan de entrega del país a las transnacionales a través de las zonas especiales económicas, Guaidó y sus matices opositores no tienen ninguna propuesta de solución a los problemas más básicos de la población, sus propuestas buscan el retorno del control de la burguesía estadounidense y europea sobre el país, el sector llamado chavismo critico en su génesis solo aspira ocupar el lugar del cual fueron execrado dentro de la burocracia del estado sin proponer nada diferente más allá de volver a las raíces del chavismo que es la política de estado que nos tiene en esta situación de crisis económica y social hoy, pretendiendo esconder por ejemplo, que el principal impulsor de las ZEE fue Hugo Chávez.

El PSUV se lleva una derrota que le sigue mostrando que el escenario electoral no es para ellos lo que antes fue, es un escenario donde hay posibilidades de perderlo, por lo que como lo han hecho los últimos años deben dar pasos más allá para garantizarse la victoria. La oposición que denuncia al gobierno como dictadura y se le cae el discurso de la abstención y el de que en la dictadura no se vota, sigue siendo inconsecuentes con su planteamiento y se pone de acuerdo con el gobierno para avanzar en la gobernabilidad.

El gran perdedor de este proceso igualmente como el 21N es el proletariado barines y el proletariado venezolano sobre el cual se montan la oposición y el PSUV para hacer el circo electoral, a Barinas y al resto de estados los gobernarán personajes y partidos dispuestos al servicio de la burguesía nacional e internacional, de ellos nada podemos aspirar que hambre miseria y explotación. Hasta que no construyamos el partido de la clase obrera venezolana para tomar el poder del estado, la repartición de los recursos de la nación será para unos pocos y quienes se apropian de los recursos que generamos todos los obreros del país seguirá siendo la burguesía azul y roja. Nosotros hacemos un llamado a la construcción de este partido, partiendo de las organizaciones de base existentes o creando otras que tengan como finalidad hacer resistencia al paquete hambreador que este gobierno nos está haciendo pagar, solo mediante la organización contra la ofensiva de la burguesía podremos crear un partido que sea el inicio de la construcción de la herramienta de lucha para un gobierno de los trabajadores y para los trabajadores. 


Corriente Socialista Revolucionaria - El Topo Obrero
Enero 2022

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